Tradición manufacturera e innovación tecnológica. Esta es la tarjeta de visita de Ceramica Flaminia, protagonista del sector de sanitarios de calidad y diseño en el corazón del distrito de Civita Castellana. Una historia totalmente italiana para Flaminia, fundada en 1955 por iniciativa de 23 jóvenes trabajadores en busca de mejores condiciones laborales, hoy una fábrica ultramoderna preparada para aceptar el reto de la sostenibilidad y las siempre nuevas oportunidades en la estética del producto.

La automatización de la fundición —desde el desmoldeo del artículo, pasando por el almacenamiento en el presecadero, hasta la carga del producto acabado en el carro— es solo un aspecto de la "revolución Flaminia" que ha implicado a toda la gestión del flujo de producción en los últimos 15 años. La manipulación y el esmaltado robotizados, con la instalación de nada menos que 9 robots SACMI-Gaiotto, son la clave para alcanzar nuevos objetivos. En primer lugar, la cualificación de la gama de productos gracias a la calidad y repetibilidad de todas las operaciones: fundición, manipulación, esmaltado y cocción; en segundo lugar, la mejora de las condiciones de trabajo, con la eliminación de tareas agotadoras y repetitivas.
La Flaminia de 1955 ya había evolucionado, con un enfoque del producto y un proceso de producción totalmente modernos y acordes con los mejores estándares del sector. Sin embargo, con la introducción masiva de la robótica en la fábrica, la empresa ha acompañado el salto tecnológico que se estaba produciendo en todo el mundo, liberando recursos gracias a una mayor eficacia en la gestión de los flujos de producción y logística, para encontrar nuevas soluciones técnicas y estilísticas en un mercado mundial cada vez más competitivo, manteniendo al mismo tiempo en Italia su corazón productivo y creativo. 

Hacer que el proceso de producción de aparatos sanitarios no solo sea más eficiente, sino también más sostenible es otro reto global que Flaminia ha abordado con éxito en los últimos años, junto con su socio SACMI. En 2020, hizo su entrada en la empresa el nuevo secadero, una máquina de nuevo concepto, alto rendimiento y eficiencia energética; más reciente es la instalación con SACMI de un sistema de última generación para la recuperación del calor del horno que alimenta el secadero, con el que Flaminia ha reducido significativamente su consumo de gas metano, utilizando el agua caliente residual para alimentar las calderas y calentar toda la fábrica. El agua, el "oro azul" en una perspectiva de sostenibilidad global, que Flaminia ha decidido proteger adquiriendo el innovador sistema SACMI para la ultrafiltración de aguas residuales en 2023. Como resultado, más del 90% de los 5000 metros cúbicos de agua tratada se recuperan ahora totalmente para que los utilicen todas las aplicaciones industriales, ahorrando hasta dos tercios de la extracción de aguas subterráneas. Incluso el precipitado sólido —que se obtiene con la solución SACMI sin ningún aditivo químico, gracias al innovador proceso de filtración tangencial— se convierte en un noble recurso que se reutiliza en el proceso de producción, respetando el medio ambiente y reduciendo los costes de eliminación.